Monday, June 14, 2010

Emilio Held Winkler. Cien años de navegación en el Lago Llanquihue: 1852-1952

Título Cien años de navegación en el Lago Llanquihue: 1852-1952
Autor Emilio Held Winkler
Publicado en 1981



COMERCIO, INDUSTRIAS Y AGRICULTURA

La colonia de Llanquihue se desarrolló con una vida propia a causa del aislamiento del resto del Territorio de Colonización, que se inició en el año 1850 con el plan de colonización de las provincias australes de don Vicente Pérez Rosales y don Bernardo Philippi. Prácticamente disponían de una sola salida hacia el lado
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sur por la vía de Puerto Varas hacia Puerto Montt. Esa vía aislada tuvo un desarrollo propio y típico a esa región. La región del lago se vio solamente unida por la navegación y se formaron centros de comercio y culturales, estableciéndose en aquellos lugares toda clase de comercio, pequeñas industrias y centros culturales.

Puerto Varas y Puerto Octay eran los puertos de enlace para la comunicación entre Puerto Montt y Osorno, y más al norte. El único camino para transportar los productos y mercaderías de la colonia era a través del lago, y desde Puerto Varas por tierra por empresas de transporte en carretas tiradas por bueyes. En dirección hacia Osorno existía un camino malamente transitable hasta el pueblo de Cancura; desde allí sólo existía una senda para traficar a caballo. Este camino, hasta Chan Chan, era la única vía hacia el norte para descargar los productos agrícolas de aquella región hacia el Puerto de Octay. Es así como la Sociedad de Nuble y Rupanco, que se servía de este camino, transitaba por él toda su producción agrícola y mercaderías, hacia y desde Puerto Octay para ser transportada por vapor hacia Puerto Varas y de allí a Puerto Montt. En efecto, en tiempos de temporada llegaban a Octay desde aquella sociedad 50 y más carretas cargadas de productos agrícolas que daban un movimiento inusitado al Puerto de Octay y las calles estaban atochadas de carretas. El transporte por el lago era intenso asimismo desde Puerto Varas a Puerto Montt.

En Puerto Octay los trabajadores que conducían las carretas se proveían de toda clase de mercaderías y necesidades caseras. Existían en Octay, entre otras, las tiendas surtidas de José Hausdorf, Enrique Martin, Francisco Teuber, Cristino Mardorf, Adolfo Richter, Juan Etcheberry, Juan Appel y Cristino Ochs; hoteles de Luis Haase,   Federica Martin,  Ernesto   Valentín, José
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Hausdorf y otras pensiones particulares. Molino de Guillermo Simón, después de Francisco Klagges; había 2 herrerías, hojalatería, mueblerías, zapaterías; curtiembre de Kalisch; fábrica de bebidas gaseosas y destilería de alcohol; 2 boticas, panaderías, carnicerías y otras. Propietarios de vapores y embarcaciones fueron Enrique Martin, Cristino Mardorf, Balduino Martin, José Matz-ner, Francisco Klagges y otras menores. De todo esto se deduce que Octay en su tiempo fue un pueblo floreciente y de gran actividad que prosperó y decayó junto con la navegación del lago.

Los otros pueblos intermedios, principalmente Los Bajos y Frutillar, mantenían igualmente un intenso movimiento comercial relacionado con la navegación en el lago y que mutuamente se complementaban. Existían tres tiendas en Los Bajos: de Juan Lückenheide, Federico Sunkel y Carlos Hitschfeld; dos molinos de Jerman Bendix y Juan Lückenheide; un hotel de Carlos Aichele, después de Bernardo Wellmann; destilería de alcohol y tienda de Francisco Klocker; herrería de Juan Steger; mueblería de Eugenio Hollstein; hojalatería de Jakob Brugger. Propietarios de vapores don Cristino Haase, Julio Gerdes y Juan Lückenheide.

En Frutillar existían las casas comerciales importadoras y exportadoras de don Adolfo Richter y la Sociedad Comercial Chile-Argentina, más la tienda de Edmundo Winkler con Enrique Müller y Carlos von Bischoffshausen. Antes existían las tiendas de Carlos Richter y Roberto Klenner, con hotel; había dos curtiembres de Klenner y Winkler, que se traspasó a don Adolfo Richter y la de don Reinaldo Klocker; cervecería de don Luis Nicklitscheck, que fue vendida a don Germán Galle; 2 molinos de Bernardo Richter y Eduardo Winkler; destilería de alcohol de Richter; 2 herrerías  de   Enrique Vymeister y  Fernando  Hechen-
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leitner; mueblerías de Osear Ruhge, Gottlieb Schonherr, Albino Winkler, Reinaldo Winkler; zapaterías de Francisco Winkler y Francisco Klesse; sastrerías de Santiago Kuschel, Gaspar Potthoff y Bernardo Nannig. Hoteles y casas de hospedaje de Roberto Winkler, Roberto Klen-ner, Pablo Krause y otros. El pueblo de Llanquihue, recién en el año 1893 nacía,con la venta de los primeros sitios y se formó después que hubo llegado el ferrocarril. Sin duda, fue el puerto de Puerto Varas el más importante de todos; allí se concentraba toda la actividad de la vida de la colonia alrededor del lago. En él se construyeron los primeros vapores; era el lugar donde pasaba todo el tráfico de personas y mercaderías y productos; existían varias empresas de transporte con carretas entre Puerto Varas y Puerto Montt. Entre las primeras tiendas se pueden nombrar, entre otras, las de Francisco Schaeffer, Teodoro Niklits-check; hoteles y casas de hospedaje de Fernando Hess, Víctor Hess, Enrique Brámer, Wilibaldo Klenner, Reival-do Wagenknecht, Germán Wiederhold, Carlos Heim, Alfredo Heim; cervecería de Víctor Hess y Nicolás Droppelmann; curtiembre de Antonio Kahler y Niklitscheck; como las empresas de transporte trabajaban con carretas, para surtir éstas con repuestos y arreglos había varias carrocerías y herrerías, las de Teodoro Bartsch, Damián Bittner, Juan Dietz; especial importancia tenían las tonelerías de Godofredo Heim, después Carlos Raddatz y de Cristino Berner en La Laja. Había tres grandes mueblerías de Teodoro Niklitscheck, Teodoro Raddatz y Cristino Berner; una hojalatería de Maximiliano Hólck y otras pequeñas industrias.

En Puerto Varas existía un inusitado movimiento comercial; desde allí se proveía la colonia de Llanquihue con toda clase de mercaderías y también el puerto donde llegaban los productos agrícolas para ser
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transportados a Puerto Montt. La construcción del ferrocarril (1909) causó, en primer término, la supresión del carreteo por tierra entre Puerto Varas y Puerto Montt y las empresas de transporte tuvieron que liquidar esta actividad. El cierre de este comercio no influyó en la navegación del lago y aun el tráfico lacustre fue en aumento, porque crecía la producción agrícola y el transporte por ferrocarril hacía más expedito el traslado dé los productos.

Sólo cuando se inició en mayor escala la construcción de caminos y con esto los consiguientes métodos de transporte por camiones, la navegación en el lago se hizo inadecuada para la salida de la producción agrícola. Consecuentemente este rubro de trabajo fue decayendo en forma paulatina y los vapores, que en su tiempo daban un gran aspecto de actividad a toda la colonia, fueron obligados a dejar esta actividad por falta de fletes.

Paralelamente con la decadencia del transporte por el lago, también sufrieron serios problemas de decadencia los pueblos de Octay y Los Bajos en especial. Muchas casas comerciales y otras actividades tuvieron que cerrar sus puertas. Los pueblosTercanos a la línea férrea y al camino longitudinal absorbieron estas actividades. Puerto Varas es, sin duda, el centro más importante de la región del lago; el Desagüe (después Estación Llanquihue), se desarrolló en un gran centro industrial y comercial; por último, Frutillar se dividió en dos partes: Frutillar Bajo, a orillas del lago, es un centro turístico y residencial de primera importancia, mientras que Frutillar Alto, junto a la línea del ferrocarril y camino longitudinal, se desarrolló como industrial y comercial.
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